Por Andrés Mooney
La mesa estaba servida. Fideos y una suprema de pollo esperaban ser comidas por el boxeador. La pasta que se recomienda previo a la actividad física y el gusto que quiso darse luego del cuidado con los alimentos, estaban ahí. La milanesa que se había encargado al horno brillaba por su aceite y al primer bocado, lo siguió una primera arcada. Luifa abandonó el plato y salió afuera a buscar aire, el mismo que le faltaría horas más tarde sobre el cuadrilátero. La cosa no empezaba bien 24 horas antes.
Sonó la campana y allá fue, como siempre, al centro del ring. Lanzó un jab, el que lo ayuda siempre a tomar distancia para construir su boxeo, y no llegó a destino recibiendo a cambio una idéntica mano ayudada por centímetros más de largo de brazo por parte de su rival. Insistió. Conectó algunas y la cosa mejoró. Algún cross y no mucho más. Su potente derecha parecía anestesiada y se desvanecía en la guardia de Medina.
Los rounds pasaban y la pelea era enredada. Luifa proponía, intentaba, pero no acertaba. Medina miraba el panorama y, austero, cuando veía un hueco colaba su uppercut de derecha y el cross. Siempre en la corta distancia, cuando Luifa creía que la acción había terminado y bajaba las manos, el de Junín aprovechaba para pegar. Pocas, con escaso poder, pero entraban.
La preocupación por el centro del ring, fue siempre de Zárate hasta el quinto round. Ambos boxeadores terminaron el cuarto capítulo agotados. El quinto sería el decisivo, la vuelta justa para que apareciera la mano del noqueador y pudiera hacer la diferencia. Fue allí cuando se borró Luifa y dijo presente Oscar Medina, al punto de tenerlo sentido al nuestro luego de algunos ganchos al cuerpo. El de Argüello había colado ciertos golpes al cuerpo que fueron precisos, pero no tuvo respuestas físicas para un ataque sostenido. En el último round el pupilo de Olivero quiso boxear, pero estaba exhausto y terminó luchando para mantener la vertical.
Luifa perdió una pelea en que estuvo ausente. No pareció él. No estaba arriba del ring ese boxeador ganador, con estampa de campeón, seguro de sí mismo. No atacó con vehemencia, no supo castigar a un rival que le tiró la experiencia encima. Luifa no fue Luifa y se limitó a ser Luis Pablo Zárate.
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lunes, 22 de noviembre de 2010
El hermano de Luifa
Pablo Zárate perdió por puntos ante Oscar Medina. El de Argüello estuvo desconocido en una noche para el olvido.
lunes, 15 de noviembre de 2010
Fue justicia
José Iturria pudo por fin obtener el triunfo ante la Garza Funes. El de Argüello acumuló dos triunfos consecutivos y mejora su record.Por Andrés Mooney
La parada era brava. Había que dar vuelta la historia y demostrar que el fallo anterior, había sido equivocado. José Iturria (5-7-0-1) tenía la oportunidad de lograr su revancha y supo hacerlo. En una pelea en que no le sobró demasiado, le alcanzó para llevarse la victoria en fallo mayoritario.
Comenzó la escena con la Garza (9-12-3) yendo al frente, proponiendo y conectando las mejores manos. Iturria no encontraba la distancia y marraba golpes que se perdían en el aire. Funes parecía estar bien físicamente y se llevó la primera vuelta.
El segundo asalto cambió. Iturria encontró a su rival con la mano izquierda y empezó a tomar el centro del ring. Una derecha al cuerpo y uppercuts seguidos de cross, fueron los golpes con que hizo mella el Majestuoso para adjudicarse claramente el round.
El tercero siguió con el dominio del pupilo de Argüello. Ganchos al rostro acompañados por un paso lateral para conectar (y otras veces errar) el cross de izquierda, fueron las manos más claras del capítulo. Al alojado en Bouwer parecía no quedarle resto físico y José tenía la posibilidad de liquidar la pelea.
Pero la Garza de sufrir sabe y vaya si lo demostró. Con el corazón, guapeó el último round y se prendió en la corta a cambiar golpes. Quizá por menos justeza es que haya perdido por medio punto el asalto final.
Fue una pelea difícil de puntuar por la entrega de ambos boxeadores. Los jurados fallaron de manera ajustada y es lógico: desde distintos ángulos, contiendas parejas se ven de modo diverso. Guillermo Pérez marcó 39 - 38 1/2, Argentino García acumuló un empate en 38 1/2 - 38 1/2 y Juan Carlos García la vio 39 1/2 - 37 1/2.
No le sobró en lo estético, en lo técnico, pero tampoco le faltó garra, enjundia, corazón, a la excepción de los pesados en el Orfeo. José Iturria no boxeó como lo hiciera ante Garnica, pero ganó. Funes no venció como lo hiciera en sus anteriores presentaciones, pero sonrió; un instante de libertad que agradeció y de la que no regaló un ápice.
domingo, 14 de noviembre de 2010
Etiqueta negra
Raúl Zambrano venció a Emanuel Quiroga en Río Cuarto. El peruano doblegó en decisión unánime y espera seguir en la senda del triunfo.
Por Andrés Mooney
Por Andrés Mooney
Habíamos anunciado que si nada raro sucedía, el de Argüello obtendría una victoria cómoda y hasta incluso podía llegar el nocaut. Ganó ampliamente. Se llevó tres de los cuatro rounds y lo tuvo por la lona en el primero, por lo que era previsible que los jurados lo vieran vencedor en las tarjetas. Pero no llegó la definición categórica. No por escaso poder en sus puños (con un directo de izquierda, recordando su condición de zurdo, derribó a su rival en el primer asalto) ni por virtud del cordobés. Tampoco porque su rincón lo mandara a cuidar el triunfo, sabido es que a Olivero le gusta la pelea breve.
Zambrano no noqueó porque no quiso. Intentó boxear, de lejos, contragolpear y llevarse la victoria. ¿Está mal? Son gustos. La fanaticada quizá exija el golpe de cloroformo pero el pupilo de Olivero no boxea para la gente. Aunque cuidado: en tiempos que corren, hay que pegar, hay que noquear, hay que lastimar, hacer daño. La mezquindad en el boxeo se paga caro. Y si no pregúntenle a Lucas Matthysse lo que cuesta una victoria cuando no se da una paliza.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Revancha en libertad
José Iturria tendrá la posibilidad de desquitarse del fallo ante Gabriel Garza Funes. Pelearán el domingo en el Orfeo, televisado por Crónica Tv como complemento del título pesado entre Moli-Díaz.Por Andrés Mooney
La justicia dictaminó la posibilidad de Gabriel Alejandro Funes, de salir de prisión para poder boxear. La Garza, que cumple una condena desde 2007 por secuestro extorsivo, peleó tres veces dentro del penal de Bouwer obteniendo igual cantidad de victorias. Una de ellas, sumamente discutida ante el de Argüello, José Iturria.
Más allá del análisis jurídico y ético, si está bien o no, si es premiar a quien cometió un error o significa darle otra oportunidad por una vía tan sana como el deporte, en lo estrictamente boxístico la revancha es justa. La inédita decisión de que se abriera el boxeo para los reclusos, fue acompañada de un fallo que vio como ganador a la Garza en una pelea en que la pasó bastante mal. Hoy, que se conoció la posibilidad de poder pelear fuera de la cárcel, lo lógico es que su rival sea José Iturria, el mismo que se predispuso a subirse al ring por vez primera, nada menos que en un establecimiento Penitenciario.
La pelea está pactada en la división Superligero y a cuatro rounds. Fiscalizará la Federación Cordobesa de Box.
martes, 9 de noviembre de 2010
El Luifa se quiere hacer (d)el payaso
Zárate volverá a pelear el 19 de noviembre en San Juan. Lo hará frente a Oscar Piñón Fijo Medina a 6 rounds en peso Welter. Televisa Hbo Plus.
Por Andrés Mooney
Parece curioso. Luego de la derrota por la vía categórica en su carrera profesional, el de Argüello hizo un click. Preocuparse por pelear en su peso sin regalar kilos, golpear en los planos bajos, son algunas de las cosas positivas que modificó Luis Pablo Zárate. El habérselas visto con Mateo Verón, un probador nato de figuras en las 147 libras -y haber obtenido un K.O.2- fue una correcta decisión más allá del rápido triunfo.
Oscar Roberto Medina es un rival de riesgo, claro está. Tiene más de 20 peleas, más combates ganados que perdidos y ha peleado ya a 12 rounds, (Luifa no superó las seis vueltas jamás). Pero la potencia en las manos de uno y otro, pueden hacer la diferencia. Zárate venció en el tercer round al uruguayo Martínez, por ejemplo, quien fuera el último rival de Medina y a quien el de Junín doblegara en las tarjetas. Aunque, si de boxeadores en común se habla, Medina se impuso por puntos al Cuco del Luifa: Walter Acuña.
Vale la pena recordar que Olivero Canales enfrentó con dos pupilos al Piñón Fijo: Zambrano, que empató, y Tanchiva, que no salió en el quinto round. Es decir, sabe el rincón del cordobés a quién tendrá en frente. Si además tomamos en cuenta que Medina se encuentra sexto en el ranking argentino Welter, debemos comprender que es una gran oportunidad para pisar fuerte en el escalafón de los 66, 678 Kg. Hay peligro, es cierto. Pero no nos olvidemos: es boxeo.
Por Andrés Mooney
Parece curioso. Luego de la derrota por la vía categórica en su carrera profesional, el de Argüello hizo un click. Preocuparse por pelear en su peso sin regalar kilos, golpear en los planos bajos, son algunas de las cosas positivas que modificó Luis Pablo Zárate. El habérselas visto con Mateo Verón, un probador nato de figuras en las 147 libras -y haber obtenido un K.O.2- fue una correcta decisión más allá del rápido triunfo.
Oscar Roberto Medina es un rival de riesgo, claro está. Tiene más de 20 peleas, más combates ganados que perdidos y ha peleado ya a 12 rounds, (Luifa no superó las seis vueltas jamás). Pero la potencia en las manos de uno y otro, pueden hacer la diferencia. Zárate venció en el tercer round al uruguayo Martínez, por ejemplo, quien fuera el último rival de Medina y a quien el de Junín doblegara en las tarjetas. Aunque, si de boxeadores en común se habla, Medina se impuso por puntos al Cuco del Luifa: Walter Acuña.
Vale la pena recordar que Olivero Canales enfrentó con dos pupilos al Piñón Fijo: Zambrano, que empató, y Tanchiva, que no salió en el quinto round. Es decir, sabe el rincón del cordobés a quién tendrá en frente. Si además tomamos en cuenta que Medina se encuentra sexto en el ranking argentino Welter, debemos comprender que es una gran oportunidad para pisar fuerte en el escalafón de los 66, 678 Kg. Hay peligro, es cierto. Pero no nos olvidemos: es boxeo.
¡Vuelve Zambrano!
Este viernes peleará Raúl Zambrano en Río Cuarto. Se las verá a 6 rounds con Emanuel Quiroga en división Ligero.
Por Andrés Mooney
En los papeles, podríamos tentarnos y decir que es una pelea accesible para el de Argüello, ganable. El record del nacido en Laboulaye (4-4-0) es regular y no parece ser un noqueador (no acabó ninguna pelea antes del límite). Y más allá de los números en la licencia de Zambrano (7-8-2), sabemos Raúl es mucho más de lo que dicta su libreta. Físicamente subirá al entarimado bien preparado y en una categoría que le sienta bien: la división Ligero.
Pero hay un interrogante. Una duda que se plantea desde el momento mismo en que vuelva al ring: ¿cómo está Raúl anímicamente? Esto de dar ventajas con el peso, de subir a pelear sin la preparación adecuada, significó un cúmulo de derrotas que hacen perder confianza a un boxeador. ¿Renace el hambre de gloria? ¿Se puede volver a soñar con ocho peleas perdidas de 17? Si la respuesta es sí -sin ánimos de hacer futurología y con el riesgo que tiene predecir resultados en el deporte-, entonces Zambrano se lucirá en el cuadrilátero y hasta puede acabar la contienda antes del límite. Si la respuesta es no, puede ocurrir cualquier cosa: una victoria deslucida de Quiroga o un enmarañado empate.
La cita será en el Club Atlético Central Argentino de Río Cuarto. De fondo, el Chino Miranda se las verá con Emilio Julio Julio a 10 capítulos.
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