Para los cientos de niños que esperan del “Niñito Dios” un par de guantes. Para ellos que no quieren un viaje a Disney, ni las zapatillas más caras; sólo cubrir sus puños para pegarle a la bolsa, y pasar el día en el gimnasio. A ellos está dirigido nuestro brindis. A los que siguen soñando. A los que con poco o casi nada, continúan sonriendo. A ellos les repetimos: ¡Feliz Navidad Campeones!
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